Eimeria es un género de protozoos que afecta a varias especies de aves y es una de las principales causas de la coccidiosis, una enfermedad que plantea grandes retos para la producción avícola.  

En este contenido exploraremos el ciclo vital del parásito, sus repercusiones en la salud de las aves de corral y las estrategias eficaces para controlar su propagación. 

Las prácticas modernas de producción avícola facilitan la propagación de esta enfermedad dentro de los gallineros. En las granjas avícolas, la transmisión se produce a través de vectores como insectos y aves silvestres. Sin embargo, aunque los huevos de Eimeria (ooquistes) pueden ser transportados por aves silvestres, estos parásitos son específicos de sus hospedadores, lo que significa que las aves silvestres no funcionan como reservorios biológicos. 

Los estudios indican que la prevalencia de ooquistes de Eimeria está influenciada por el sistema de cría, con una correlación directa entre el nivel de tecnificación de la producción y la intensidad de la infección. 
 
Prevalencia de Eimeria: 

– Sistema intensivo: 92,7% (Saratisis et al., 2011) 

– Sistema extensivo: oscila entre el 25,3% y el 58,9% (Ahid et al., 2009; Brito et al., 2009) 

– Sistema semi-intensivo: 78,3% (Hassum & Menezes, 2005) 

Estos datos ponen de relieve la importancia de una gestión adecuada y de la elección del sistema de cría para controlar la incidencia de Eimeria en los entornos avícolas. 

Especies de Eimeria y su influencia en la coccidiosis de las aves de corral 

La coccidiosis clínica en pollos y gallinas está causada por siete especies parasitarias del género Eimeria: E. acervulina, E. maxima, E. tenella, E. brunetti, E. necatrix, E. praecox y E. mitis. En los pavos, la enfermedad está causada por tres especies diferentes: E. meleagrimitis, E. adenoides y E. gallopavonis. 

E. acervulina 

Esta especie es prevalente en la producción avícola comercial, y a menudo causa infecciones graves que pueden conducir a la muerte. Se caracteriza por un menor aumento de peso y pigmentación de la piel, debido a una menor absorción de nutrientes en el intestino. 

E. maxima 

Provoca mala absorción de nutrientes y la consiguiente pérdida de peso corporal. Los daños en el intestino y la menor absorción de pigmentos provocan una reducción de la pigmentación de las aves, con mortalidad en los casos graves. 

E. tenella 

Altamente patógena, esta especie es conocida por causar lesiones graves, pérdida significativa de peso y heces sanguinolentas en los pollos, con una elevada tasa de mortalidad. Incluso después de controlar la enfermedad, es difícil compensar la pérdida de peso de las aves que sobreviven. 

E. brunetti 

Esta especie puede reducir la absorción de alimentos, disminuir el aumento de peso y causar una mortalidad moderada. En infecciones graves, también provoca heces sanguinolentas. 

E. necatrix 

Muy patógena en pollos, suele afectar a aves de entre 9 y 14 semanas de edad, causando una grave pérdida de peso, sangre y mucosidad en las heces y, a menudo, la muerte. 

E. mitis y E. praecox 

Estas especies no causan lesiones visibles o significativas y se consideran de menor importancia económica. El diagnóstico diferencial de sus infecciones se realiza a partir del análisis morfológico de los quistes, los aspectos biológicos y, más concretamente, mediante la caracterización enzimática e inmunológica. 

E. meleagrimitis 

Altamente patógena en pavos jóvenes, esta especie afecta al intestino delgado y puede causar hasta un 100% de mortalidad en aves de seis semanas. Las lesiones son más intensas en el duodeno y pueden manifestarse como congestión y enteritis, o pequeñas hemorragias en la mucosa. 

E. adenoides 

Junto con E. meleagrimitis, esta especie es responsable de la coccidiosis en pavos, causando hasta un 100% de mortalidad en aves de entre una y tres semanas de edad. Afecta al intestino delgado, ciego y recto, con lesiones intensas y exudado blanco. 
 
E. gallopavonis 

Es la tercera especie más patógena en pavos, después de E. meleagrimitis y E. adenoides. Afecta principalmente a la parte posterior del intestino delgado, ciego y recto de las aves, produciendo un exudado blanco que puede confundirse con el causado por E. adenoides. 

Ciclo vital de Eimeria 

El ciclo vital de Eimeria es complejo y se desarrolla en tres fases principales: esporogonia, esquizogonia y gametogonia. Comienza con la excreción de ooquistes no esporulados en las heces de las aves. Cuando estos ooquistes encuentran condiciones ambientales adecuadas, como una humedad elevada y una temperatura de unos 27°C, se desarrollan hasta convertirse en infecciosos. 

Tras ser ingeridos, atraviesan el sistema digestivo, liberando esporozoitos que invaden las células del epitelio intestinal, iniciando la esquizogonia. Esta rápida fase de multiplicación puede dañar gravemente el intestino, afectando a la absorción de nutrientes y provocando lesiones y hemorragias. 

El impacto de la coccidiosis en la salud de las aves de corral 

La coccidiosis, enfermedad causada por varias especies de Eimeria, es extremadamente perjudicial para las aves de corral. Dependiendo de la especie de parásito y de la carga infecciosa, las aves pueden sufrir desde leves pérdidas de peso hasta casos graves con elevada mortalidad. Las especies más patógenas, como E. tenella, pueden causar lesiones graves, con hemorragias y necrosis del tejido intestinal. 

Prevalencia y factores de riesgo 

Los estudios indican que la prevalencia de Eimeria está directamente relacionada con el sistema de cría. Los sistemas intensivos presentan tasas de infección más elevadas debido a la mayor proximidad entre las aves, lo que facilita la transmisión del parásito. Además, factores como el clima, un manejo inadecuado y la baja inmunidad de los animales pueden aumentar significativamente la incidencia de la enfermedad. 

Estrategias de control y prevención 

El control eficaz de la enfermedad implica una combinación de prácticas de gestión, tratamiento adecuado y prevención.  

Diagnóstico y seguimiento 

La detección precoz es crucial para una gestión eficaz de la coccidiosis. Además del examen clínico, se utilizan técnicas como la PCR para identificar la presencia de Eimeria en la cama de las aves. El seguimiento regular de las aves, especialmente tras los primeros signos de infección, es esencial para prevenir brotes importantes. 

La coccidiosis es una de las enfermedades más comunes y de mayor impacto económico en la producción avícola. Un conocimiento profundo del ciclo vital de Eimeria y de las estrategias de control es fundamental para minimizar las pérdidas. Además, es esencial que los productores estén siempre atentos a las condiciones de cría y al bienestar de las aves para prevenir ésta y otras enfermedades. 

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